Óscar Santos «Cada día intento recordar que para nuestros clientes, la compra y venta de su piso será uno de los momentos más importantes de su vida»

Con una trayectoria forjada desde la infancia, Òscar Santos representa a una generación de profesionales que entienden la actividad inmobiliaria no solo como un oficio, sino como un compromiso vital con las personas y el territorio. Hijo de un pionero del sector en Vilanova i la Geltrú, su vínculo con el mundo de las fincas empezó casi como un juego, haciendo carteles para el escaparate de la agencia familiar y acompañando a clientes a los quince años. Hoy lidera Baixamar con la misma vocación de servicio y proximidad que su padre le transmitió.

Con una mirada centrada en las personas, Santos defiende una forma de hacer basada en el respeto, la transparencia y la escucha activa. En un entorno cada vez más digitalizado, apuesta por combinar tecnología y trato humano, utilizando herramientas como las visitas virtuales sin perder el calor del asesoramiento cercano. Desde la oficina de la Rambla, que a menudo realiza las funciones de “pequeña oficina de turismo”, ofrece mucho más que servicios inmobiliarios: ofrece conocimiento, acogida y arraigo en el territorio.

Con el reto de mantener viva la esencia de una agencia de proximidad, Baixamar mira al futuro con voluntad de adaptación y mejora continua, pero sin renunciar a su carácter. Santos cree en el valor de una ciudad como Vilanova, con espíritu de pueblo, buenas conexiones y calidad de vida, y trabaja para que comprar o vender un hogar sea una experiencia honesta y acompañada. En esta entrevista conoceremos mejor su visión del sector, las claves de su liderazgo y el futuro de un mercado costero en constante transformación.

Óscar, ¿cómo fue el inicio de tu carrera en el sector inmobiliario y qué te llevó a incorporarte a Baixamar como gerente?

La verdad que en mi caso personal, se puede decir que vengo de cuna. Recuerdo con pocos añitos viviendo en una casa frente al mar, cuando aún no estaba hecho el paseo de Vilanova y mi padre en una de las habitaciones tenía una maqueta con coches pequeños que yo jugaba, donde recibíamos clientes de todo el mundo informando de aquella futura promoción de pisos. Más adelante mi padre bajo el nombre de Finques Voramar abrió oficina propia en lo alto de la Rambla de la Paz, donde yo le hacía los carteles del escaparate con aquellas reglas que tenían número y letras como guía. Puede decirse que la primera venta la hice con tan solo 15 años acompañando a un amigo y cliente de mi padre. Desgraciadamente, mi padre murió cuando yo tenía 18 años y junto a mi hermano continuamos con las fincas, hasta que ya más adelante seguí yo en la frente.

Desde que te incorporaste, ¿cuáles han sido los principales retos que has afrontado y qué metas importantes destacas en tu gestión al frente de la agencia?

Uno de los retos importantes para mí es que los clientes tengan un trato humano y cercano, con plena satisfacción de resolver sus dudas y que se hayan sentido acompañados y asesorados en todo momento.

¿Qué valores consideras esenciales en Baixamar y cómo se viven día a día tanto dentro del equipo como de cara a los clientes?

Los valores como el respeto y la comprensión. Cada día intento recordar que para nuestros clientes, la compra y venta de su piso será uno de los momentos más importantes de su vida.

Baixamar está especializada en el mercado costero: ¿qué peculiaridades y demandas específicas encuentras en esta zona y cómo adaptas tus servicios a este perfil de cliente?

Podemos decir que el mercado, en concreto de Vilanova y la Geltrú, es un mercado en el que la gente busca una ciudad con espíritu de pueblo, con una gran oferta cultural y lúdica, rodeada de espacios naturales únicos como nuestras grandes playas y el macizo del Garraf. Con una fantástica comunicación con la ciudad de Barcelona y el Aeropuerto. Muchas veces al estar ubicada la oficina en la Rambla y cerca del Paseo Marítimo, me acabo convirtiendo en una sucursal de la oficina de turismo para aquellos recién llegados que quieren saber las particularidades de nuestra ciudad, de nuestros barrios, gastronomía, etc. Sin embargo, es una buena manera de dar a conocer nuestros servicios y nuestro talante.

¿Cómo asegura un servicio cercano, profesional y de calidad desde el primer contacto hasta después de la operación?

Para nosotros es importante conocer las necesidades de nuestros clientes. Es en esa primera conversación donde empieza a salir los hilos conductores de la confianza.

En un sector cada vez más digital, ¿qué herramientas o procesos tecnológicos ha incorporado Baixamar para facilitar tanto al equipo como al cliente?

Uno de los procesos que nos ayudan más hoy en día son las visitas virtuales, donde nuestros clientes pueden ver en todo detalle desde sus casas las características de ese inmueble que les ha llamado la atención en los portales, en el escaparate o que le hayamos informado en la oficina. Nos ayuda a minimizar las posibles molestias a los propietarios que viven en ella, o pensando en los clientes compradores pérdidas de tiempo. Es una buena experiencia que ayuda a focalizar y optimizar el tiempo a los compradores y vendedores que agradecen muchísimo.

¿En qué momentos consideras imprescindible el trato humano y dónde la tecnología facilita la experiencia del cliente y la gestión interna?

Para nosotros el trato humano es imprescindible en todo momento, pensamos que nuestros clientes no todos tienen los mismos conocimientos del sector, de la tecnología y de las gestiones a llevar a cabo, por tanto siempre estamos a su lado.

¿Cómo ves actualmente el mercado inmobiliario en la zona del Garraf y el litoral? ¿Detectas tendencias claras en precios, demanda o perfil de los clientes?

La ubicación estratégica en cuanto a la buena comunicación, los servicios, los entornos naturales, hacen que sea una primera opción a la hora de elegir una zona a la que ir a vivir. Esta fuerte demanda hace que claramente sitúe al alza el mercado. Siempre será difícil conseguir un pleno equilibrio, ahora bien, Vilanova en este caso creo que es una ciudad en la que disfrutamos de buenos servicios, tejido comercial, actividades culturales y deportivas, sin tener la sensación de estar masificados y, esperamos que continúe así. A todo el mundo le gusta vivir bien, y eso es lo que hace que haya más demanda que oferta y sigan subiendo los precios. Si se genera más solo para edificar vendrá más gente a vivir, se entiende que habría más oferta y no debería subir tan rápido los precios, pero nunca debe olvidarse que por eso existen los planes generales de ordenación urbana qué modelo de ciudad se quiere.

¿Existen nuevas tendencias (como rehabilitación de segundas residencias, turismo residencial, sostenibilidad) o cambios normativos que creas que alteren la realidad del mercado costero?

Yo creo en las políticas que incentivan, más que en las que castigan. Estamos en un momento en el que las administraciones es importante que estén a la altura de los movimientos migratorios y turísticos.

Como agencia arraigada en la costa, ¿qué acciones hizo para contribuir al entorno local y fomentar una relación activa con la comunidad y otros agentes del territorio?

Nos consideramos una agencia de casa, donde colaboramos según nuestras posibilidades con muchos eventos culturales de nuestra ciudad como El Tingladu, El Carnaval de Vilanova, La Semana del Mar y en medios de comunicación como la revista Tothosap, Canal Blau e incluso salimos como único anunciante el plano impreso de Vilanova y la Geltrú.

¿Qué recomendaciones darías hoy a alguien que planea vender una propiedad costera? ¿Y a quién busca comprar en esta zona?

Con quien vende, una vez analizado los motivos personales del porqué y las obligaciones fiscales, al menos ser consciente de la realidad del mercado, para asignar un precio correcto de venta. Por eso con nuestros clientes les realizamos una valoración gratuita y una reunión explicativa de análisis del mercado de ese momento y de las funciones que realizaremos para comercializar su inmueble. Quien compra en cierto modo es analizar sus necesidades reales para hilar fino a la hora de buscar zona, tipología, estado del inmueble y presupuesto asignado.

¿Qué te aporta formar parte de la AIC?

Para mí es importante formar parte de la AIC. Me da ese apoyo jurídico para resolver dudas de mi día a día y de mis clientes, por estar informado de todas aquellas noticias que nos afectan, por estar bajo un sello de calidad dentro de un sector desgraciadamente no siempre bien visto y con un intrusismo siempre presente.

¿Qué consejos darías a jóvenes profesionales que desean iniciarse en el mundo inmobiliario?

Pues somos un colectivo que nos dedicamos a asesorar más que a vender. Es muy importante que antes de hablar se formen, y evitar decir nada si no están seguros de lo que están diciendo.

¿Cuáles son los objetivos de Baixamar a corto y largo plazo? ¿Tiene planes de expansión, nuevos servicios o colaboraciones estratégicas a la vista?

La verdad que estamos en un momento en el que queremos seguir siendo aquella agencia de toda la vida, donde el asesoramiento y la proximidad es tan importante. Seguiremos trabajando para estar al lado de quienes nos necesiten, y nos adaptaremos a las nuevas necesidades y tecnologías para ser cada vez más eficientes.