David Umbert es uno de esos profesionales que han sabido convertir un momento de crisis en un proyecto sólido y lleno de sentido. Tras quedarse en paro en plena crisis de 2007, impulsó un proyecto que transitó hacia FS Finques con una idea clara: poner al cliente en el centro y dignificar la profesión inmobiliaria a través de la transparencia, la proximidad y el compromiso.
Su trayectoria destaca por un liderazgo basado en valores humanos, equipos estables y una visión integral filosofía de colaboración y calidad como Servint empresarial. Observador atento de la evolución del mercado, David defiende una visión realista y humana: la vivienda es una decisión vital que requiere confianza, asesoramiento completo y coherencia.
Esta entrevista nos permite conocer la mirada de un profesional que ha contribuido a transformar el sector con valores, visión y una apuesta decidida por el futuro.
¿Cómo surgió la idea de crear FS Finques y cuáles fueron los primeros retos?
FS Finques nace de un momento muy personal y también de crisis. Con 22-23 años, me quedé en paro después de la gran crisis del 2007, trabajando entonces en una empresa del ámbito financiero. Con otros dos compañeros decidimos continuar nuestro proyecto profesional y crear un grupo de servicios con el cliente como centro del negocio. Pero en aquel contexto era muy difícil sacar adelante un grupo tan amplio, así que apostamos por especializarnos en el sector inmobiliario.
El primer paso fue tomar el relevo de Fincas Sabadell, una empresa existente en la ciudad desde hacía años y que estaba en traspaso y que transformamos completamente. Aquellos primeros años fueron de mucha adaptación, ya que veníamos del mundo financiero y teníamos que aprender un nuevo oficio, pero también de oportunidades para innovar.
¿Cuáles han sido los momentos más clave de este trayecto?
Hay dos momentos que considero claves. El primero, el inicio, porque marcó nuestra forma de hacer: empezamos pensando como consumidores, intentando ofrecer a los clientes lo que nos hubiera gustado recibir a nosotros. El segundo momento fue el cambio de marca: pasamos de Fincas Sabadell a FS Finques para crecer territorialmente y abrir nuevas oficinas en Sant Llorenç Savall, Sentmenat y ahora más recientemente en la Costa Brava. Esto dio coherencia al proyecto y nos permitió consolidar la marca a nivel local y comarcal.
¿Qué te ha impulsado a crear otros proyectos empresariales?
Desde el inicio siempre he tenido claro que la actividad inmobiliaria no puede ir sola. Un cliente que compra o vende una vivienda necesita asesoramiento financiero, jurídico, fiscal, técnico… Y durante años vi que, en vez de colaborar, muchas empresas trabajaban de manera aislada o incluso confrontada, poniendo sus intereses por delante de los del cliente.
Con esta visión creamos, con otros socios, diferentes empresas —cada una con su marca y equipo propio— pero todas ellas bajo una filosofía común: colaborar para ofrecer un servicio integral y de calidad. De ahí nace Servint Empresarial, un grupo que permite coordinar especialistas independientes, calificados para hacer más fácil y eficiente la experiencia del cliente.
¿Cómo se traducen los valores de transparencia, compromiso, familiaridad y personalidad en el día a día?
En FS Fincas estos valores son mucho más que palabras. Se traducen en equipos fieles, con muy poca rotación, formados por personas que comparten nuestra forma de entender el trabajo: confianza, honestidad e implicación real con el cliente. Buscamos perfiles humanos, no priorizando la producción como muchos otros hacen; el resto se puede aprender. Si una persona entiende nuestros valores y sabe escuchar al cliente, el resto con formación y buena actitud se puede aprender. Los buenos valores y ser buena persona tengo más dudas de que se pueda aprender si ya no lo tienes y solo priorizas la producción…
¿Qué papel juega la proximidad con el cliente en un mercado tan competitivo?
Es nuestra gran ventaja. La proximidad no puede fingirse: o la tienes o no la tienes. Hay quien piensa primero en qué puede ganar y después en cómo ayudar; nosotros lo hacemos al revés. Cuando te importa sinceramente el cliente y pones sus intereses en el centro, consigues confianza, prestigio y resultados. Y eso, en un sector a menudo criticado, es lo que más nos diferencia.
¿Cómo inspiras a tu equipo y cómo fomentas la confianza?
Intento que cada uno sea él mismo. No se trata de ponerse una «máscara profesional», sino de mantener los valores personales también en el trabajo. Cuando la forma de ser de una persona y su trabajo están alineadas, trabaja mejor y más tranquila. La clave es crear un entorno en el que todo el mundo sienta que puede crecer, expresarse y contribuir con responsabilidad.
¿Cómo valoras la evolución del sector inmobiliario en Sabadell y su área de influencia?
El sector ha evolucionado mucho. Cuando empezamos había mucho producto en el mercado, pero también mucho miedo a comprar por la crisis del 2007-2008.
Hoy ocurre todo lo contrario: hay más demanda que oferta. La población ha crecido, tenemos más esperanza de vida, … y sobre todo más interés por comprar, ahora parece imposible, ¡pero hace 15 años no había hipotecas fijas! Esto es lo que da estabilidad al mercado, y mejora la opción de compra para con el alquiler, porque el alquiler durante años nos han engañado que era la solución a todos los problemas y sigue siendo un negocio solo para el arrendador, no para el inquilino.
Con las hipotecas fijas actuales, comprar es más estable que alquilar. De hecho es muy triste lo que se ha hecho con el alquiler, las políticas de los últimos años han hecho que el alquiler no sea ni bueno o malo, sino que ha desaparecido del mercado. El alquiler actualmente es como un Hotel en la costa brava el 15 de agosto, carísimo, y no hay casi ninguna disponibilidad, un fracaso total…
¿Cómo se ha adaptado FS Fincas a la digitalización y las nuevas herramientas tecnológicas?
Hemos avanzado mucho, pero todavía tenemos camino por recorrer. Durante estos 15 años nos hemos centrado sobre todo en lo humano, en mejorar protocolos y crear sinergias dentro del grupo. Las herramientas digitales las hemos ido incorporando progresivamente -CRM, portales, firma electrónica, visitas virtuales- y seguimos evolucionando. Pero siempre con una premisa: la tecnología debe ayudar, no sustituir el trato personal.
¿Crees que la sostenibilidad y eficiencia energética son ya factores clave para el futuro del sector?
Sí, absolutamente. Ya no es una moda, es una realidad. Cada vez más clientes se preocupan por la eficiencia energética, el consumo responsable y el coste de mantenimiento a largo plazo. Además, el valor de una vivienda sostenible es mayor y estable. Como profesionales, tenemos la responsabilidad de asesorar y fomentar este tipo de proyectos, tanto en obra nueva como en rehabilitación. La sostenibilidad no es ya un valor añadido: es un requisito para el futuro.
¿Cuál crees que es hoy la principal demanda o preocupación de los clientes a la hora de comprar o alquilar una vivienda?
Del alquiler lo que ya tiene dicho, el milagro de encontrar algo, de la compra, sobre todo la planificación es clave, nosotros gracias a nuestro grupo integral podemos dar una planificación y acceso a muchos productos, pero no todo el mundo puede integrarlo tanto y esto es un problema generalmente, ya que el producto empieza agencias no les hacen casi caso, ya que se centran en los propietarios que les garantizan una venta segura, por la falta de oferta.
Por eso, la planificación, la transparencia y la comunicación constante son esenciales. Y cada vez más, buscan que les asesoremos no solo en la parte inmobiliaria, sino también en la financiera, fiscal y jurídica —una visión completa que es justamente lo que ofrecemos con Servint Empresarial.
¿Qué te ha aportado formar parte de la AIC?
Formar parte de la AIC me ha aportado mucho, tanto a nivel profesional como personal. Es un espacio en el que se comparte conocimiento, experiencia y visión de futuro con otros profesionales del sector. También es una entidad que defiende la buena práctica y la formación continua, valores que comparto plenamente. Creo que es fundamental que el sector tenga una voz común y comprometida con la profesionalidad y confianza de los clientes.
Además, ha estado muy implicado en diferentes asociaciones del colegio para justamente ayudar a mejorar y creo que algunas cosas importantes hemos conseguido, pero todavía nos queda mucho camino por recorrer.
¿Qué consejos darías a los jóvenes que quieren formar parte del sector inmobiliario?
Les diría que este es un sector apasionante, pero que hay que entrar con valores y con una actitud de servicio. No se trata solo de vender pisos, sino de escuchar, comprender y acompañar a las personas en decisiones muy importantes de su vida. Hay que ser honestos, persistentes y no dejar nunca de formarse. El conocimiento es una herramienta clave, pero la confianza y la empatía son lo que realmente hace la diferencia.
Mirando hacia adelante, ¿dónde te gustaría llevar FS Finques en los próximos años? ¿Hay nuevos proyectos o expansiones a la vista?
Nuestro objetivo es seguir creciendo de forma sostenible y fiel a los valores que nos han hecho llegar hasta aquí. Continuaremos consolidando la presencia territorial de FS Finques y fortaleciendo Sirviendo Empresarial como grupo de referencia, donde cada empresa es independiente pero comparte una filosofía común de colaboración y servicio integral. También queremos seguir invirtiendo en formación, digitalización y sostenibilidad, porque el mercado y los clientes evolucionan, y nosotros debemos evolucionar con ellos.
¿Cuál ha sido el mayor reto que has afrontado como empresario y qué has aprendido?
El mayor reto ha sido crecer sin perder la esencia. Cuando una empresa crece, es fácil desconectarse de los valores iniciales, pero para mí esto es innegociable. He aprendido que lo importante es rodearte de un buen equipo, confiar en las personas y mantener una visión clara. Los momentos difíciles son los que realmente te definen como empresario y persona. Hay que ser coherente, incluso cuando no es fácil.
Si tuvieras que resumir tu manera de entender la empresa y la vida profesional en una frase, ¿cuál sería?
Yo como soy de pueblo, tengo una que me encanta, espero que no se mal interprete, pero es: Valores de pueblo, servicios de ciudad, es una frase que cogida en el buen sentido me encanta.